EL MISMO CAMINO

Energéticos, el mismo cuento
24 de Octubre del 2006

Actualizado: 3:26:47 AM hora de Cd. Juárez

Luis Javier Valero Flores
Médico Pasados los efluvios de las campañas proselitistas, “quietas” ya las aguas de la competencia electoral, ubicados de nuevo en la vida “real”, los protagonistas políticos vuelven a lo suyo, especialmente los ganadores de la contienda electoral que se preparan a darle plena continuidad a la política económica aplicada en el actual sexenio.

Y como Fox en cada gira al extranjero, Calderón repite ese modo de anunciarnos su empecinamiento en abrir al capital privado extranjero el sector energético. En el marco de la 14ª Reunión Interparlamentaria Canadá-México, a celebrarse en el otro país del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y al que visitará Felipe Calderón en los próximos días, los dirigentes parlamentarios del PAN reafirmaron su postura en favor de la apertura del sector energético mexicano a la inversión privada.

Ese será uno de los temas que Calderón discutirá con representantes del gobierno canadiense en esa gira, en la que el líder de los senadores del PAN, Santiago Creel, actuará como una especie de representante de Felipe Calderón pues es el encargado de concertar una entrevista de los parlamentarios canadienses y el panista, a pesar de ser el presidente de la Cámara de Senadores. ¡Ah, bendito respeto a la sacrosanta división de los Poderes en México!

Pero independientemente de la violación a las formas republicanas por parte de los blanquiazules –que en eso también parecieran haberse clonado a los priístas-- el anuncio de las pretensiones de Felipe Calderón es altamente preocupante. Lo es más a la luz de un anuncio, lanzado apenas el sábado pasado y que es la verdadera consecuencia de la política económica aplicada por los gobiernos federales de los últimos lustros: a partir del 1 de octubre dejó de aplicarse el subsidio al consumo de gas natural para los habitantes del Estado de Chihuahua, hecho que sufrirán por lo menos 32 mil familias de la entidad.

¿Para qué seguirle con la cantaleta de los precios de las gasolinas, el diesel y en general de todos los energéticos en el país, especialmente los destinados al consumo doméstico, a los pequeños y medianos empresarios y a los productores agropecuarios?

Una es la respuesta de las autoridades: que deben aplicarse las tarifas y precios acordes con los precios internacionales y que para resolver tan aguda problemática entonces deberá permitirse la participación del capital privado en la industria energética.

Eso, en buen español quiere decir, abrir esta industria al gran capital internacional bajo el sambenito de que no hay recursos económicos nacionales –esto es, estatales-- para invertirle a la industria petrolera y eléctrica. Sin embargo, los embates de los precios internacionales provienen, prácticamente todos, de las más grandes empresas privadas que son las que dominan el mercado internacional y que desde hace años –para decirlo en términos correctos, desde la expropiación petrolera en 1938-- pretenden controlar la producción y la industrialización del “oro negro”. No se diga de la comercialización, ese aspecto de la industria ya no esperan controlarlo, hace años lo hacen.

¿Para qué permitir la participación del capital privado? Uno pensaría que, esencialmente, para mejorar el servicio y abaratar los precios de los energéticos a los consumidores. Pero no se trata de cualquier mercancía, su importancia va más allá de esta simple consideración. La industria petrolera ha sido la base de la modernización industrial mexicana y es la que le permitió al país el contar con las más altas tasas de crecimiento económico durante décadas.

Sin embargo, los últimos gobiernos, sobre todo a partir del de Luis Echeverría, convirtieron a Pemex en su nodriza, y en el actual sexenio –como lo denuncia el último de sus directores-- prácticamente no se le invirtió en ninguna de sus áreas sustantivas. A la par, el precio de los combustibles ha sufrido innumerables incrementos. ¿Para qué, entonces, los capitales privados en ella? A nadie se nos debe olvidar que los más poderosos consorcios, al invertir sus capitales, lo que buscan no es el beneficio social, sino la obtención de utilidades, mientras más altas, mejor.

Permitir esta modalidad nos llevará, y esa es la experiencia internacional, a la elevación de los costos de los derivados del petróleo y al encarecimiento de la energía eléctrica, fenómenos que, para nada, abonarán al crecimiento económico del país y muchos menos a alcanzar las fabulosas metas trazadas por Calderón en su proyecto “2030” pues se cimentan en la continuidad de un esquema económica que ha demostrado, hasta la saciedad, su agotamiento.

De ello, cientos de miles de chihuahuenses pueden dar cuenta, tanto los consumidores domésticos, como los productores agropecuarios, centenas de los cuales, todavía hoy realizan acciones de protesta en distintas regiones del estado, sobre todo en el noroeste y otros, como los de Lázaro Cárdenas (municipio de Meoqui) protagonizan una ejemplar lucha por cambiar las tarifas, lo que les permitiría acceder a un costo menor al fluido eléctrico.

En tanto, como si nada pasara, los nuevos gobernantes federales ofrecen en el extranjero lo que en el país no han propuesto ni, por supuesto, discutido con alguien.



Fox, FeCal entiendan: EL PUEBLO NO ES TONTO!!!