**IMPORTANTE: Este blog se actualiza en horario indefinido, pero regularmente lo hace a diario** ::Este blog se visualiza correctamente con cualquier navegador, pero recomendamos Firefox para una rápida carga de este blog Click aquí para descargar el navegador:: Toda duda, comentario o aportación será bien recibida a elpueblonoestonto@gmail.com.

viernes, abril 13, 2007

LA REALIDAD MEXICANA

Vale la pena leer la columna de Lorenzo Meyer en el Reforma del día de ayer:

Zongolica y un copo de nieve


Lorenzo Meyer

El "pequeño drama" de Soledad Atzompa refleja todas las debilidades, contradicciones y problemas de la actual estructura social y política de México

Complejidad

En sí mismo, un copo de nieve contiene toda la complejidad del universo. Si se echa mano del microscopio y de la teoría disponible sobre el mundo físico, una explicación a fondo sobre esa pequeña estructura de agua congelada podría requerir de volúmenes. En nuestro universo social, el incidente que tuvo lugar en Soledad Atzompa, en la sierra de Zongolica, en Veracruz, el 25 de febrero es el equivalente al copo de nieve: bien observado, el "pequeño caso" resulta un reflejo bastante puntual de toda la problemática de nuestras relaciones sociales y de poder. Más exactamente, es un microcosmos que muestra todas las grandes fallas y contradicciones del sistema institucional de nuestro país.


El detonador

Grosso modo, el caso se desarrolló así. La tarde del domingo 25 de febrero la señora Ernestina Ascensio Rosario, de 73 años, residente de una comunidad nahua de Veracruz, fue encontrada moribunda en un paraje de Tetlalzingo, municipio de Soledad Atzompa en la sierra de Zongolica donde pastoreaba sus seis ovejas. Horas después, en la madrugada del 26, falleció en el hospital regional de Río Blanco a donde había ingresado a las diez de la noche. Hasta aquí los testimonios concuerdan pero luego todo está bajo sospecha, repleto de contradicciones inaceptables si efectivamente existiera en México un Estado de Derecho.


El origen del problema fue la declaración de los familiares de la difunta. Según su hija Marta, cuando la encontró, la señora Ascensio Rosario reveló la causa de su estado: "Fueron los soldados... se me echaron encima". Al hacer pública la acusación, se desató una avalancha de documentos y declaraciones que involucran a las autoridades de Soledad Atzompa, a los poderes estatales de Veracruz y a varias de la Federación. Y en estas últimas, la cadena está compuesta por la Presidencia de la República, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), entre otros. Además, el caso ya ha sido asumido como propio por congresistas federales, ONG nacionales y extranjeras, y por algunos medios de comunicación y columnistas. A estas alturas, todo ello no es más que un reflejo de la gran división que hoy caracteriza a México.


Los hechos (algunos)

En primer lugar, están los tres documentos de autoridades veracruzanas. En el del 25 de febrero, la médico adscrita a una agencia de la Procuraduría veracruzana describe, en los términos técnicos, que la señora Ascensio, aún con vida, presentaba, entre otras, lesiones genitales y "perforación anal", lo que se corresponde con una "agresión sexual". Un segundo documento del día siguiente se refiere al examen del cadáver de la señora Ascensio firmado por el médico Juan Pablo Mendizábal Pérez, quien encontró varias lesiones y "líquido seminal en abundancia" en la región genital había, además, "fractura y luxación de vértebras cervicales" por lo que la causa de la muerte fue "traumatismo craneoencefálico".


El tercer documento está fechado el 12 de marzo y es resultado de una segunda autopsia, practicada 11 días después del fallecimiento a pedido de la CNDH y firmado por el médico Ignacio Gutiérrez. Ahí se asienta que la causa de la muerte fue mecánica, por anemia aguda, debido a un sangrado "como consecuencia de un esfuerzo", pero igualmente se señala que el cuerpo presentaba varias "equimosis por sujeción" en brazos y piernas y el examen ginecológico menciona "edema vulvar" y eritema en los labios menores. El proctológico observa "desgarros recientes". Tras esta segunda autopsia, el segundo visitador de esa institución señaló que la PGJ de Veracruz debería emitir un dictamen en un periodo de 40 a 60 días, o sea entre el 22 de abril y el 2 de mayo. En fin, éstos son algunos "datos duros" de la burocracia especializada en su investigación ministerial No.140/07/AE/M III.


Pasemos ahora a los inesperados efectos políticos y a percibir cómo éstos han cimbrado, al menos por un momento, al conjunto institucional. Dicha conmoción se explica menos por los hechos y datos, y más por lo endeble del marco institucional.


La guerra de las declaraciones


El Presidente y los habitantes del municipio -perredista- donde ocurrieron los hechos no parecen tener duda de cuáles fueron las causas de la muerte de su coterránea ni quiénes los culpables. Por ello el 1o. de marzo pidieron a la Presidencia de la República "Que el Ejército salga de nuestro territorio y que no vuelva jamás". El Ejército, por su parte, emitió varios comunicados, uno de los cuales (el No. 19) lo retiró de inmediato para eliminar un párrafo donde especulaba sobre los posibles agresores de la anciana pastora. De ese comunicado se desprende que ya se estaba investigando a cuatro oficiales y 79 individuos de tropa de la 26 Zona Militar. Sin admitir responsabilidad alguna pero con ánimo de colaborar en la investigación, Sedena dijo explícitamente que se llevaría a cabo un examen "consistente en comparar el líquido seminal recogido del cuerpo de la hoy occisa con muestras de sangre que se tomen del personal militar".


El 12 de marzo, con las investigaciones aún en curso, Felipe Calderón, y sin que mediara pregunta al respecto, decidió declarar a La Jornada que los exámenes de los especialistas demostraban que la señora Ascensio no había fallecido como consecuencia de una violación, sino de una simple "gastritis crónica no atendida". Después que la máxima figura política del país había dado su opinión -¿veredicto?-, pero antes de que concluyera la investigación, el 30 de marzo el titular de la CNDH declaró en igual sentido: la primera autopsia estuvo mal hecha, y la segunda demostraba que la señora Ascensio había muerto a causa de una enfermedad no "atendida adecuadamente" pero que en todo caso no había habido violación. La presidenta del Instituto Nacional de la Mujeres también declaró ese día: que lo dicho por la señora Ascensio -que la violaron militares- no podía ser tomado literalmente porque ya estaba moribunda y ¡lo había dicho en náhuatl!


Para la comunidad de Soledad Atzompa y para el gobernador de Veracruz, según declaración del 30 de marzo, la muerte de Ernestina Ascensio había sido producto de un crimen, pero para la Presidencia de la República -máxima autoridad militar- y para la CNDH, había sido resultado de una simple enfermedad.

¿Dónde estamos?

Contra lo asegurado explícitamente por el responsable de la CNDH, e implícitamente por la Presidencia, si bien la segunda autopsia no confirma todo lo apuntado en la primera, tampoco cierra técnicamente la posibilidad de una violación. Así lo argumentó en el programa radiofónico de Carmen Aristegui del 3 de abril la maestra Bárbara Illán, especialista en delitos sexuales. Y para complicar más el caso, ahora resulta que un elemento clave, el "líquido seminal" tomado del cuerpo de la fallecida y al que hizo referencia un documento de Sedena ¡desapareció! Los militares dicen que ellos nunca tuvieron en realidad ese líquido y sólo supusieron que lo tenían las autoridades de Veracruz, pero ahora resulta que la PGJ de Veracruz lo perdió, lo mismo que muestras de tejidos (Proceso, 8 de abril).

El copo de nieve

Hoy el problema surgido en Zongolica pareciera un guión para los hermanos Marx, una comedia de equivocaciones, pero donde el elemento trágico es el dominante.


Para empezar, la víctima de la agresión o de la pobreza, según se vea, pertenecía al México que siempre ha perdido. La comunidad de Atzompa es una muestra del resentimiento, muy justificado, del México indígena, siempre bajo sospecha para el México mestizo. Luego, para seguir, las altas autoridades emitieron su "autorizada opinión" antes de tiempo -cuando la investigación apenas estaba en curso- y en este caso el tiempo resultó un factor político; no se trató de opiniones inocentes sino muy cargadas. El ombudsman debió estar consciente que, por su origen -su puesto lo creó Carlos Salinas como parte de la negociación del TLC con Estados Unidos- aún tiene que probar que no es instrumento de la Presidencia. La Sedena, hoy una institución más en el centro de la política que lo que le es habitual, dio comunicados que luego retiró y se contradijo en un punto central: el de la muestra de líquido seminal.


En fin, cualquiera que sea la "verdad oficial", lo que ese copo de nieve en Atzompa deja en claro es que algo muy importante ha vuelto a fallar. Y lo peor es que tal circunstancia ya no asombra. Personajes e instituciones carecen de credibilidad, tanto en su actuar como en su moral. El país sigue fracturado por regiones, clases y por la deuda histórica con los indígenas. Y ésa, tristemente, es la realidad mexicana.

En este mismo tema aprovecho para poner la columna de Carmen Aristegui en el Reforma de hoy:

Zongolica, los peritajes

Carmen Aristegui F.

El caso de la muerte de la señora Ernestina Ascensio Rosario, anciana indígena habitante del municipio de Soledad Atzompa en la sierra de Zongolica, Veracruz, y fallecida el pasado 26 de febrero, ha adquirido cada vez más relevancia, entre otras cosas, porque hoy tenemos ya a un respetable número de autoridades de todos los niveles de gobierno que se contradicen entre sí y que están ya metidas en un embrollo monumental. Como se sabe, sobre la muerte de la señora Ascensio corren básicamente dos versiones: la difundida desde el primer momento por peritos y autoridades veracruzanas que han hablado de un crimen y de "un hecho aberrante... que no se puede soslayar" acompañada de declaraciones de familiares y autoridades municipales que acusan una violación tumultuaria realizada, presumiblemente, por militares en la zona. La otra, que han esgrimido, principalmente, el presidente de la República y el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, José Luis Soberanes, que habla de una muerte producida estrictamente por razones médicas sin ningún tipo de agresión en contra de la indígena.

Hace dos semanas, el doctor Soberanes descalificó rotundamente el resultado de la primera necropsia realizada por un perito de la Procuraduría veracruzana y, a partir de una segunda necropsia, solicitada por la CNDH, afirmó que no había existido violación alguna y que la muerte fue producto de "...anemia aguda, debido a un sangrado... por úlcera péptica". Ese dicho se topa con las informaciones hoy disponibles que me hicieron llegar a CNN en Español, contenidas en tres documentos fundamentales para el caso: el primero se trata del dictamen médico de la doctora María Catalina Rodríguez Rosas, adscrita a la Agencia Especializada en Delitos contra la Libertad y Seguridad Sexual y Delitos Contra la Familia, en Orizaba, dirigido a la agente del Ministerio Público, licenciada María de Lourdes Montes Hernández. El documento refiere las 23:40 horas del 25 de febrero para el estudio hecho a Ernestina, aún con vida. Ahí se lee, entre otras cosas, lo siguiente en letras mayúsculas: "Paciente grave, con riesgo de muerte... pbe. perforación de recto / pbe. bronconeumonía sec/ encefalopatía hipóxico isquémica/ hopotermia (sic)/ agresión sexual". En la parte superior de la hoja, en Asunto, se lee en el tercer renglón: "certificado de lesiones". En la parte final, en Conclusiones: "...esfínter anal con desgarros recientes en horas 11, 1 con sangrado en capa, con sangrado trans anal abundante, con probable perforación rectal".

El segundo documento habla de la neurocirugía realizada a partir de las 11:00 horas del día siguiente en "Funeraria Vázquez" y firmada por el doctor Juan Pablo Mendizábal Pérez de la Delegación de Servicios Periciales. Ahí se informa (también en mayúsculas) que las causas de la muerte fueron "traumatismo craneoencefálico, fractura, luxación de vértebras cervicales, anemia aguda". El tipo de muerte se lee: "Mecánica traumática". En la parte intermedia del texto se afirma que en genitales "se apreció líquido seminal en abundancia... desgarro reciente en hrs. 6 en relación a las manesillas del relog (sic)" En unas de las cuartillas se ve una anotación hecha a mano que dice "Recibí 26 02 07 No se recibe las muestras". A manera de firma, un garabato.

El tercer documento recibido en el mismo envío, es la copia de la necropsia solicitada por la CNDH cuyo informe es firmado por el perito médico forense, doctor Ignacio Gutiérrez Vásquez. Participan en la diligencia 16 personas, a quienes se identifica con nombre y apellido provenientes de la Procuraduría de Veracruz, de la CNDH y de la Procuraduría Militar, "...así como también el Personal de la Policía Ministerial, y autoridades representantes de la población de Tetlatzinga y Soledad Atzompa". En el numeroso grupo que asiste a la diligencia se encuentra también el doctor Mendizábal Pérez, responsable de la primera necropsia, y que junto con el responsable de la segunda, han sido suspendidos -que no cesados- por la Procuraduría veracruzana. En el informe de la segunda necropsia -con notable mejor ortografía que el de la primera- se lee en la parte final: "Razonamiento. Para que exista la presencia de melena (sangre en todo el tracto digestivo) (tipo moronga)... se debe haber efectuado un esfuerzo intenso, por parte de la occisa... presenta datos de despulimiento de mucosa gástrica y pequeñas zonas de ulceraciones en el antro folicular debido al stress a la que haya estado siendo sometida, (aunado todo esto con los desgarros que presenta a nivel de región peri anal y anal), así como la edad que presentaba (senil)". En los últimos renglones aparece el dictamen. El punto 3 dice: "Etiología de la muerte (causa de la muerte).- Mecánica". En el 6 dice: "A nivel de región genital se observan sólo lasceraciones (sic) y eritema, con edema vulvar".

Queda establecido que la señora Ascensio, efectivamente, sufrió anemia aguda por úlcera como dijo Soberanes, lo que no queda claro es por qué evita el resto de las informaciones que apuntan con mucha claridad -como lo ha explicado la maestra Illán-, a la agresión y a la violencia sexual. El ombudsman tendrá ahora que comparecer ante los legisladores para explicar lo que, con la información médico pericial disponible y otros elementos, se perfila como un crimen y su encubrimiento.


Soberanes,Pelele entiendan: EL PUEBLO NO ES TONTO!!!

Etiquetas: ,