LAS SATIRICOSAS DE ESTA SEMANA
satiricosas
manú dornbierer
El poder del voto es una vacilada en este País bananero como en el del otro lado del muro, donde bastaron dos elecciones cínicamente robadas para que los derechos civiles de los estadounidenses se fueran al caño y para que su congreso mismo vergonzosamente aceptara la tortura como ¡una práctica democrática”. ¿Y nadie hizo nada?
Nosotros los mexicanos, en cambio, utilizamos el derecho a las manifestaciones callejeras que son una lata, pero lo único que queda ante un gobierno que impone su voluntad mediante un fraude. Nos envidiaron los gringos en verdad demócratas “I’m ashamed not to be a Mexican”. Me avergüenza no ser mexicano, dijo el periodista David Swanson, al ver que en México hubo millones en la calle protestando por el fraude electoral y en Estados Unidos no hubo quién se atreviera a chistar tras las dos elecciones de Bush, robadas ambas, como hoy reconocen muchos de la talla de Gore Vidal.
El único poder del ciudadano común, encuéntrese donde se encuentre, es su poder de consumidor, el poder de invertir o no su dinero en cosas o causas que no le gustan. ¿Habrá algún mexicano o en general algún latinoamericano al que le guste que le pongan un muro en su frontera y que traten con la punta del pie a conciudadanos que van a buscar trabajo a riesgo de su vida al país del otro lado del muro? Sí, los hay.
Están en los gobiernos neoliberales como el actual de Fox -o ¿el futuro?- de su heredero Fecal, entre los que son lacayos del neoliberalismo, entre los que sólo ven y respiran dinero. No entre los que tenemos ideas diferentes sobre la justicia, la identidad nacional, la protección de nuestra gente, la soberanía, etcétera.
A nosotros viene dirigido un mensaje de importancia que está en Internet y que se llama “¿Y sabes quién es este tipo?”. El tipo de referencia se llama James Sensenbrenner. Es un gángster de Chicago, Wisconsin, donde nació en 1943. Gángster sí, pero no de los de película de los veinte. ¡Peor! Es parte impulsora del actual Congreso gringo propulsor de la tortura. Republicano y racista, representa el quinto distrito congresional de Chicago, la tercera ciudad del mundo globalizado en que más mexicanos hay. La primera es la Ciudad de México, la segunda Los Ángeles, la tercera Chicago, la cuarta Guadalajara y la quinta Monterrey.
Sensenbrenner es el legislador que, aunque no es el autor de esa aberración jurídica, el 23 de octubre de 2001 logró imponer el Patriot Act que acabó con buena parte de los derechos civiles de los pobres gringos. Se le cuecen las habas por perseguir penalmente a periodistas, radiodifusores, televisores que en su opinión violen la ley, su ley. Protege a los repugnantes torturadores de Guantánamo.
Es el inventor del ignominioso muro fronterizo y el diseñador de la HR-4437, una propuesta de ley antiinmigrante que criminaliza a todos los inmigrantes, castiga cualquier tipo de ayuda que se les brinde, trabajo, alquiler de vivienda, asistencia médica o simple cobijo.
La Policía podrá detener al inmigrante con sólo una infracción de tránsito. Sugiere que todos los niños nacidos en Estados Unidos, hijos de inmigrantes, sean deportados con sus padres a su país de origen y les sea vetada y retirada la nacionalidad “americana”, que se les niegue educación y servicio médico.
En Estados Unidos soportan a Sensenbrenner porque es muy rico. Su riqueza se la debe a su bisabuelo, inventor del Kotex. Sí, el gángster de marras es dueño de la Kimberly Clark, productora y exitosísima vendedora en toda Latinoamérica de productos desechables: Kotex, Kleenex, Scott, Huggies, Depend, Andrex y... busca, consumidor, en las etiquetas cual más.
Utiliza hoy mismo tu poder contra este infeliz. No le compres nada. Aprende a leer en las etiquetas el origen de lo que compres, aprende a discernir, a ser un verdadero ciudadano del mundo, entiende tu responsabilidad. Y ya que en el poder se encuentran gángsteres contra los que desde tu pequeña dimensión no puedes hacer nada, a no ser como la APPO en Oaxaca o como los perredistas a los que les robaron la elección, salir a la calle a protestar, recuerda que eres un consumidor y que uno por uno sumamos millones y tenemos el poder de luchar contra las inmensas compañías transnacionales que son en la globalización las que de hecho gobiernan al planeta.
Así las cosas, si el dinero manda, tú también lo tienes, por poco que sea para no comprar los productos malditos. Luchemos todos, millones de ciudadanos, contra esos cuantos que nos están arruinando, matando, sometiendo, explotando, despreciando, etcétera.
Una prueba del poder del consumidor informado y politizado es lo que acaba de pasar con Sabritas. La marca de las adictivas papas se portó como gran vileza en la campaña presidencial apoyando a Fecal con dinero y con publicidad. Los votantes que no estuvieron de acuerdo dejaron de comprar Sabritas y el pasado 20 de octubre la compañía tuvo que poner un desplegado dirigido, entre otros, al Frente Amplio Progresista de López Obrador para pedir perdón, que sólo era una cosa comercial, dicen. Pues sí, pero el mal a México está hecho.
En mi caso no perdono ni volveré a probar una Sabrita. Cualquier papa, pero ésa no.
Me permito denunciar aquí a un viejo enemigo de México, el director en nuestro País de Kimberly Clark, quien con sus influencias políticas logró instalar plantas para hacer pañuelos de papel en el Bajío del que se chupó literalmente los mantos freáticos.
La actual escasez de agua en esa otrora fertilísima región se la debemos a esa transnacional que en México dirige el gato del republicano que odia a los mexicanos. No es otro que el muy conocido y aplaudido Claudio X. González, el ‘hiperneoliberal’, quien también participó activamente en la campaña del odio. Lo conocí cuando le lamía los pies al presidente Miguel de la Madrid Hurtado, por cierto, el único de los ex que visitó a Calderón tras haber sido legalizado, que no legitimado, por su Trife.
Y es que el primer presidente que pactó con el neoliberalismo, Miguel de la Madrid, y su equipo han vuelto a reelegirse a través del que AMLO llamó, por lo visto con razón, otro pelele. Toda su gente está en puestos de influencia. Curiosamente, las librerías me están pidiendo un libro que escribí sobre ese Presidente y su sexenio, titulado “El Hombre Gris”. A ver si no lo manda a recoger como hizo cuando apareció. Si le interesa lector, escriba a librosdemanu@aol.com.
Consumidores del mundo, uníos: Al gran dinero se le combate con poquito dinero, pero a la enésima potencia, que no les llegará más a los bandidos como Sensenbrenner. Recuerda: No compres nada hecho por Kimberly Clark.
Manú Dornbierer es escritora, analista y crítica política.
www.manudornbierer.com
FeCAl entiende: EL PUEBLO NO ES TONTO!!!
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