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lunes, septiembre 04, 2006

NO OLVIDAN NADA NI APRENDEN NADA

El ilegal secuestro del Congreso por Fox
Por: Julio Pomar

A Fox, el viernes primero de septiembre, cuando intentó ingresar al recinto legislativo a leer su último informe, le restregaron sardónicamente en la cara su insultante frase a Fidel Castro Ruz en la Cumbre de Monterrey de hace dos años, del 'comes y te vas', parafraseándola con la de 'entregas y te vas' en referencia a su informe escrito, lo cual tuvo que hacerlo en el vestíbulo del Congreso, enojadísimo, e irse a perorar intrascendentemente sobre la situación de Foxilandia ante cámaras del duopolio televisivo y micrófonos del oligopolio radiofónico. La vida todo lo regresa y todo se lo cobra, en eso que se llama 'justicia poética', o 'justicia divina', o 'justicia inmanente' o, más simplemente, 'el que a hierro mata, a hierro muere'.

La precisa cirugía a corazón abierto que los de la coalición de izquierda Por el Bien de Todos (PRD y Partido del Trabajo, ya que los de Convergencia, estando de acuerdo, no participaron en la toma de la tribuna) le hicieron a la figura presidencial, que obviamente no lo mató pero le impidió seguir expeliendo los dislates que en Fox son proverbiales, dejó en claro que quienes han actuado y actúan en este proceso electoral fuera de la ley, son los foxistas, los panistas y los yunquistas.

Los de la derecha se pusieron en la ilegalidad, cuando decidieron establecer el 'estado de sitio' en la extensa zona popular urbana capitalina que rodea al Palacio Legislativo, y sobre el propio recinto parlamentario, sin consultarlo con el Congreso de la Unión, establecido como requisito insalvable en la Constitución en su artículo 29, el cual fue esgrimido en la sesión previa al Sexto Informe por el senador perredista Carlos Navarrete, y que a la letra dice:

'En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cualquier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto, solamente el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, de acuerdo con los titulares de las Secretarías de Estado, los Departamentos Administrativos y la Procuraduría General de la República y con aprobación del Congreso de la Unión, y, en los recesos de éste, de la Comisión Permanente, podrá suspender en todo el país o en lugares determinados (subrayados del autor) las garantías que fuesen obstáculos para hacer frente, rápida y fácilmente a la situación; pero deberá hacerlo por un tiempo limitado, por medio de prevenciones generales y sin que la suspensión se contraiga a determinado individuo'.

De ahí que en medio de su berrinche, los legisladores panistas no hayan tenido otra opción que aceptar la toma de la tribuna legislativa por los de la coalición, pues no tuvieron argumento legal alguno para oponerse a esa acción, en virtud de que el gobierno foxista nunca jamás le consultó al Congreso sobre el estado de sitio o de excepción por él instaurado días atrás con elementos militares (más de 5 mil) y tanquetas anti motines, con bloqueos a los habitantes de esa misma zona urbana, en lo que sobre todo constituía, a todas luces, un atentado del Poder Ejecutivo al Legislativo. Se trató, como se desprende del texto constitucional, de un acto ilegal, arbitrario y autoritario de Fox, que la sagacidad de los legisladores de la coalición de izquierda conjuró, devolviéndole al Congreso la dignidad lastimada. Fox agregó a su ignominiosa intervención en el proceso electoral, resultante en fraude, el agravio al Congreso de la Unión.

Sin embargo, después que a Fox el primero de septiembre le dieron 'sopa de su propio chocolate' en el Palacio Legislativo, surgen miles de interrogaciones sobre lo que sigue, si como se ha anunciado, este lunes 4 el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (o Trife) habrá dado a conocer su calificación de la elección presidencial, y según todos los indicios declarará triunfador al panista Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa. En los medios ya se ventila todo esto, con inquietud. Ya se vio que los obradoristas no sólo tienen recursos de acción popular, sino que también saben utilizar la ley. Y eso, a las buenas conciencias timoratas los tiene en el espanto. Según los derechistas, sólo ellos son 'dueños' de la ley.

Las opiniones van desde los peligros -indudablemente reales- de una ingobernabilidad mayor, hasta que se vaya a impedir la asunción de Calderón a la presidencia el primero de diciembre (si es que el fallo del Trife, como se especula con cierta certeza, es a su favor) pasando por la ceremonia popular del Grito el 15 de septiembre y por el tradicional desfile militar del día siguiente, ambos actos, estos últimos, que se realizan anualmente en el Zócalo capitalino con el presidente en turno como cabeza de los mismos.

Pero hay otra perspectiva aún más peligrosa. La 'advertencia' que monseñor Carlos María Abascal, actual secretario de Gobernación ultra del foxismo, expresó en medio de su cólera el propio día del fallido informe, y que fue seguida por otro colérico, el coordinador de los diputados del PAN, el torvo Héctor Larios, pugnaz promotor de la 'ley televisa' en el anterior Senado, en el sentido de quitarle el registro legal al PRD como partido. De concretarse esto, que debería seguir un largo y difícil proceso, primero ante el dócil IFE, después ante el Trife e incluso la Suprema Corte, significaría que para nada sirvió la reforma política del sexenio lopezportillista (1976-1982) que incorporó a la izquierda en la lucha electoral, legalizando la existencia misma de los partidos de esta denominación política, que antes fueron persistentemente perseguidos en violación crasa de las libertades de asociación y de pensamiento. Las 'instituciones' se pondrían fuera de la ley y de ellos, los derechistas, sería la responsabilidad histórica de una tan brutal regresión.

De concretarse esta intención, de claro corte fascista, muchos se preguntan cuál camino le dejan a la izquierda (¿la violencia, la insurrección?) y si México debe y puede reingresar a los tiempos de la intolerancia y el autoritarismo anti populares. Los panistas y los derechistas en general deben pensar no con el hígado, sino con la cabeza. Pero al parecer, revanchistas como aparecen, 'no olvidan nada ni aprenden nada', según decía el socialista Jean Jaurés sobre la derecha francesa de principios del siglo XX. Obvio es que esta derecha vernácula abriría aquí un terrible periodo de querellas intestinas que pondría en predicamento muy serio la integridad misma de la nación. Pero no vencerían en el propósito. Hay mucha y muy cultivada ciudadanía en el pueblo mexicano. Pero a lo que habríamos llegado, pues.



Panistas entiendan: EL PUEBLO NO ES TONTO!!!