LAS COLUMNAS DE EL REFORMA
Aqui las columnas que hacen que se salve del bote de basura el Reforma:
Miguel Ángel Granados Chapa
El SNTE gobierna
Aunque Felipe Calderón desmiente que él participe en la decisión, la presidenta del sindicato magisterial estudia en su consejo nacional los pormenores de la aplicación de 41 mil millones de pesos, como si fuera la instancia capacitada para hacerlo
Sea secretaria o no de Educación Pública en la próxima administración, la presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación trabaja ya en el ejercicio de una porción relevante del gasto educativo. En el pasado los observadores preguntaban si esa poderosa agrupación cogobernaba con la SEP, merced a las anchas zonas de actividad educativa en que, más allá de la estricta relación laboral entre las partes, era imposible que la administración actuara con autonomía, sin tener que negociar con el sindicato. Ahora vemos que esa etapa ha sido superada y el SNTE prescindirá del estorbo que implica tolerar la intromisión de autoridades educativas y financieras.
La propia dirigente magisterial, Elba Esther Gordillo, dio a conocer el domingo pasado los alcances de ese paso. Informó que en mayo se instaló una comisión tripartita para estudiar la Compensación Provisional Compactable (CPC) que es la denominación administrativa de lo que sectores magisteriales llaman la rezonificación. Independientemente del efecto que esa comisión pudo haber tenido en Oaxaca si con oportunidad se hubiera informado de ella a los maestros, lo relevante es que, en acuerdos con el presidente Fox y con Felipe Calderón, ha quedado autorizado resolver esa añeja cuestión "en un lapso no mayor de seis a siete años. Su costo es 41 mil 670 millones de pesos".
No serán la SEP ni Hacienda -sus titulares de hoy o los que vengan- quienes determinarán la aplicación de esa enorme partida, de la que corresponderán a Oaxaca mil 500 millones de pesos que desde mayo (cuando ya estaba autorizada la comisión que cuantificó el tema) se le regatearon a la sección 22, con lo que eso implicó para la paz social de esa entidad. La presidenta Gordillo dio a conocer que a partir del miércoles 11 de octubre está reunido el consejo nacional del SNTE, para abordar varias materias, entre las cuales ésta tiene relevancia estructural. Y precisó que las decisiones sobre "los montos anuales, las formas de distribuir, las características, el qué se hará y cómo", lo anunciará el sindicato, "por eso el Consejo quedó abierto, en sesión permanente".
De ese modo se ha hecho explícita la subordinación que tendrán las autoridades respecto de la dirección nacional del SNTE, especialmente su presidenta. De ese modo también comienza a apreciarse la magnitud de la factura que la lideresa ha presentado para su pago, toda vez que sus huestes desempeñaron un papel determinante en la elección de Calderón y en las maniobras que mejoraron sus resultados, dicho así para no hablar de fraude, que es una mala palabra para las buenas conciencias.
El antagonismo o por lo menos tensión permanente entre el sindicato y la SEP durante los gobiernos priistas se transformó durante la administración foxista en una forma de colaboración en que el sindicato obtenía beneficios crecientes sin cubrir contraprestaciones que mejoraran la educación. La firma del Compromiso Social por la Calidad de la Educación, el 8 de agosto de 2002, evidenció el papel principalísimo que, sin posición formal en aquel tiempo, correspondía a Gordillo. El escenario, los gestos, los discursos (el agradecimiento explícito y especial del presidente Fox a su amiga), todo se orientó de modo elocuente a decir que ese acuerdo había sido fabricado por la ex secretaria general del SNTE, que meses más tarde retomó de modo abierto el mando, al hacerse presidenta del sindicato previa modificación estatutaria ex profeso.
A partir de entonces, de sus andanzas políticas obtuvo enorme provecho, que le permitieron crear una sólida y variada fuerza política puesta al servicio de la pareja presidencial y de Calderón mismo. Con éste mantenía una relación productiva desde el proceso interno panista, que se acrecentó en el proceso electoral. A partir de la Dirección de Organización Electoral del IFE, cuyo titular es un antiguo cuadro sindical del SNTE -que ejemplificó en su momento la simbiosis entre esa condición y la de responsable de un organismo electoral del antiguo régimen-, el magisterio dirigido por Gordillo tuvo varios papeles eminentes, como la capacitación y la suplencia de funcionarios electorales. Es significativo que Nueva Alianza, un partido pequeño, de nueva creación, que se jugaba su permanencia, fuera el único representado en un cierto número de casillas donde supo, quizá por información confidencial, que ninguno de los partidos había registrado representantes.
Eso, sin contar el papel estratégico de ese partido en la canalización del voto magisterial hacia Calderón. Se puede conjeturar sin caer en delirio que el millón de votos de diferencia entre la candidatura presidencial del Panal (la de Roberto Campa) y sus planillas de legisladores implicó un amplio y convenido apoyo para el aspirante presidencial panista.
El domingo la dirigente recordó que la demanda de rezonificación data de hace 14 años, cuando se firmó el acuerdo nacional para la modernización de la enseñanza básica. Salvo dos años en que el acuerdo se aplicó en ese punto, la crisis de 1995 y su prolongada secuela impidieron avanzar en el tema, hasta ahora en que "por fortuna el gobierno actual, como el entrante han visto esta situación (la aplicación de los cuantiosos recursos) como un acto de justeza". De ese modo se comprueba que Fox y Calderón son buena paga y cumplen sus compromisos con quienes los hicieron presidentes. De la oficina de Calderón, no de su boca misma, brotó un desmentido. Pero yo le creo a Gordillo.
Cajón de Sastre
Queda claro que en la Comisión de Gobernación del Senado chocan intereses y criterios acerca de qué significa que han desaparecido los poderes. Es difícil determinarlo. ¿Existe o no, por ejemplo, el Poder Judicial, siendo que las salas de apelación del Tribunal Superior de Justicia hace meses que no funcionan? Se entiende, pues, que se alarguen la discusión interna y las consultas. Lo que no queda claro es qué se quiere decir cuando se busca que el Ejecutivo asuma las responsabilidades derivadas de que el Senado, al asumir la suya, concluya que no ha lugar a declarar que han desaparecido los poderes en Oaxaca. ¿Se sugiere que es el secretario de Gobernación quien debe convencer a Ulises Ruiz de marcharse, tal como se desprende de la exposición de motivos del predictamen, que acepta que hay una profunda crisis política? ¿O significa que deben alistarse las fuerzas federales para enfrentar la esperable y temible reacción popular cuando se conozca la decisión senatorial si se adopta llanamente como una negativa al pedido ciudadano?
Correo electrónico: miguelangel@granadoschapa.com
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Sergio Aguayo Quezada
Ganó Gonzalo...
...Santos, el cacique potosino, autor de la frase ("la moral es un árbol que da moras") que resume el espíritu de la actual política mexicana. Perdió el también potosino Salvador Nava quien simboliza la ética en la vida pública.
La política se refiere al uso del poder en la polis ciudadana; la ética trata de las normas que separan lo bueno de lo malo a partir de un sistema de valores o principios morales. El peso de ambos conceptos en la cotidianidad social empezó a ser debatido por los griegos, y todavía ahora persiste el desacuerdo. Para Hobbes y Maquiavelo la ética no debe ser obstáculo para el actor político cuyo principal referente está en la búsqueda y preservación del poder; para los filósofos de la antigua Grecia, por el contrario, la política está subordinada a la ética; a partir de la Revolución Francesa se busca un compromiso entre las dos escuelas, con avances y retrocesos de uno u otro concepto en ciclos cambiantes en tiempo y espacio.
El cacique de la Huasteca potosina Gonzalo N. Santos es un paradigma de la utilización arbitraria, violenta y corrupta del poder. Durante los 50 años de su carrera fue servil con los presidentes, abusivo y violento con sus súbditos y orfebre del saqueo del presupuesto. También se divertía inventando ocurrencias cínicas y amorales. Otro potosino, Salvador Nava, se le enfrentó con una visión de la política asentada en principios y en el ejercicio responsable del poder. Hace relativamente poco parecía que Nava estaba imponiéndose.
Regresé al San Luis Potosí de 1991 a través de los libros de Miguel Ángel Granados Chapa (¡Nava sí, Zapata no!) y Alejandro Caballero (Salvador Nava: Las últimas batallas); aquel año Nava se postuló para gobernador contra Fausto Zapata en una contienda observada por organizaciones ciudadanas. Acude, la Academia Mexicana de Derechos Humanos y el Centro Potosino de Derechos Humanos demostraron cómo el régimen de Carlos Salinas había utilizado todo tipo de irregularidades para imponerse en las urnas. Zapata fue ungido gobernador legal y el navismo protestó respaldado por una pluralidad de fuerzas dignas de ser recordadas en nuestro enconado presente.
Como parte de la resistencia pacífica, Nava fue declarado "gobernador moral", hubo ocupación y bloqueo del centro de la ciudad, se inició una marcha a la Ciudad de México que nunca llegó porque Zapata renunció... Todo ello respaldado por figuras representativas de las izquierdas y las derechas: Adolfo Aguilar Zinser, Luis H. Álvarez, Cuauhtémoc Cárdenas, Jorge G. Castañeda, José Antonio Crespo, Carlos Castillo Peraza, Vicente Fox, Enrique Krauze... Coincidían en el deseo de elecciones limpias y confiables porque desde hacia años existía un entendimiento entre las izquierdas y las derechas opuestas al cinismo amoral representado por Santos. Compartían el sueño de construir una democracia en la que el ejercicio del poder estuviera acotado por principios.
Aquel sueño se evaporó y el día de hoy resultaría imposible conjuntar aquella diversidad en torno a lo electoral. Partidos y políticos dicen querer elecciones confiables, siempre y cuando no obstaculicen su victoria. El fantasma de Santos inspira el dispendio para avasallar electores con regalos o spots, la parcialidad de los medios y las guerras sucias que caracterizaron las elecciones presidenciales de este año. El patrón se reproduce en las elecciones locales: antes del 2006 podrían citarse los comicios de Baja California, Oaxaca, estado de México, Tlaxcala; después del 2 de julio estarían Chiapas y ahora Tabasco. El año próximo veremos variaciones del mismo guión.
Dos ex consejeros electorales comparten esta preocupación. Para José Woldenberg "lo más triste del conflicto postelectoral es la erosión de un patrimonio que compartíamos (casi) todos: la confianza en la vía y las instituciones electorales; la presunción de que habíamos alcanzado un mínimo acuerdo en un mecanismo eficiente para regular la lucha entre partidos, programas y candidatos". Mauricio Merino sostiene que "no estamos ante una crisis política, ni mucho menos ante los desarreglos habituales de final de sexenio, sino ante la evidencia palmaria del deterioro de nuestras instituciones" encargadas de salvaguardar las elecciones.
Imposible anticipar cuánto durará este ciclo en el que la moral vuelve a ser el "árbol que da moras". Difícil porque la tendencia es detectable en todo el planeta y se objetiva en esa escuela de pensamiento estadounidense que reivindica la tortura para justificar las aberraciones que están cometiéndose en la cárcel de Guantánamo, y otros lugares.
Ante ello surge el inevitable ¿qué hacer? En la historia pueden encontrarse los métodos seguidos por la racionalidad y el humanismo para combatir y contener la utilización cínica del poder. En fechas recientes podría citarse el estudio realizado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins sobre el costo humano de la invasión estadounidense de Iraq. Seiscientos mil civiles han muerto -aseguran los investigadores-, lo que es una crítica severísima a la política neoconservadora que podría ser derrotada en las elecciones legislativas del próximo noviembre. Que el presidente George W. Bush descalificara rápidamente la metodología del estudio confirma el peso que, bajo ciertas condiciones, tiene el conocimiento.
En México podríamos recordar las lecciones del 1991 potosino. La observación ciudadana demostró el peso de metodologías bien armadas con una ciudadanía movilizada. El 2006 confirmó la necesidad de volver a poner la ética (y eso incluye las elecciones limpias y confiables) como parte de las prioridades democráticas; también demostró la insuficiencia de gritar fraude, denuncias, irregularidades o acusar de parcialidad a los medios, hay que demostrarlo con evidencia. Este enfoque tendría que adaptarse a un México con el poder descentralizado y requeriría que algunas de las fuerzas políticas creyeran en la importancia de reconstruir el piso ético de nuestra democracia. Estaría finalmente la duda de si los organismos civiles y una parte de la sociedad tienen el ánimo para regresar a un campo de batalla que se consideraba superado.
Reconozco que la propuesta es de mediano plazo, tortuosa y difícil pero, ¿existe otra alternativa?
Correo electrónico: sergioaguayo@infosel.net.mx
PAN entiende: EL PUEBLO NO ES TONTO!!!
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