YA BASTA DE TANTO CORRUPTO!
Gamboa, neoliberalismo y corrupción
Por: Julio Pomar
Como bomba de fragmentación cayó en el grillero político la difusión de conversaciones telefónicas grabadas entre el pederasta Jean Succar Kuri, preso en México y recientemente extraditado de Estados Unidos, y el empresario textilero Kamel Nacif Borge, donde se confirma que este último es copartícipe en la red de pederastia -digamos, para mayor precisión, que es un “usuario” asiduo de esos infames sexo-servicios- denunciada en 2005 por la periodista Lydia Cacho Ribeiro, perseguida por ello por autoridades poblanas encabezadas por el mismísimo gobernador priísta Mario Marín, el “gober precioso”. Estas conversaciones las publicaron este martes 12 los diarios “El Universal” y “Reforma”, y los audios los subieron a sus respectivas páginas web. Estas grabaciones confirman la veracidad de las acusaciones que la periodista Cacho hizo en su libro “Los demonios del Edén”, en que dio a conocer las infamias de esta actividad en el sureste del país, con ramificaciones hacia Puebla (Kamel Nacif y el propio “gober precioso” Marín).
Pero eso, que ya es muy escandaloso, no es lo más resonante de la difusión de estos últimos telefonemas grabados, sino que aparece otra grabación, pero entre Kamel Nacif, el mismo empresario mencionado, y nada menos que Emilio Gamboa Patrón, prominentísimo personaje de los tres sexenios en que se implantó el esquema neoliberal en México. Actualmente es el jefe de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados (la bancada “bisagra” entre PAN y PRD), pero fue el secretario particular del entonces presidente Miguel de la Madrid (1982-1988) y alegre miembro de la llamada “familia feliz” de aquel tiempo; secretario de Comunicaciones y Transportes en el salinato (1988-1994); y senador que impulsó entusiastamente con los panistas la “ley televisa” en la legislatura 59 que acaba de terminar (2000-2006), la cual favoreció la “guerra sucia” en el duopolio televisivo contra López Obrador del ahora presidente electo Felipe Calderón. Todo un personaje es este señor Gamboa. Ejemplifica mejor que nadie la corrupción de una parte de la llamada “clase política” y documenta, especialmente, que el neoliberalismo es igual a corrupción máxima en la vida pública.
En la conversación Gamboa-Nacif, se evidencia la complicidad de intereses entre un político priísta como Gamboa y un negociante inescrupuloso e injuriante como Nacif, referente a la aprobación de una ley para la instalación de un casino -prohibido por la ley- en el ámbito del hipódromo de la ciudad de México que Gamboa -con léxico por demás procaz- le estaba ofreciendo a Nacif, pero donde el segundo le prohibe siquiera intentar crear tal ley, también procazmente. Gamboa, en declaraciones posteriores a esta revelación, acepta por fin que sí conocía a Kamel Nacif, cosa que había negado cuando Lydia Cacho lo denunció en su libro como protector de los pederastas, y, por supuesto, también refuta que haya habido ningún intento de legislar sobre casinos (con un clásico “hacerse el occiso” de no saber de qué intento de ley se trató), aunque la grabación diga lo contrario. Gamboa agrega que la ilegal difusión de los audios “trata de distraer la atención de los grandes problemas nacionales”, pero evita señalar que la corrupción es precisamente uno de los más graves problemas nacionales.
El señor Gamboa está, así, bajo la lupa pública. Y estos son los que nos pretenden seguir gobernando, pero ya basta.
Ratas prianistas en el gobierno entiendan: EL PUEBLO NO ES TONTO!!!
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