TODO UN FRACASO EL FOXISMO
Opinión
México
Justo castigo a Fox, pero insuficiente
Por: Julio Pomar
Fox no pudo el viernes 1º llegar al Congreso y allí representar su 'show' de que Foxilandia está muy requetebién al término de su sexenio. Con una maniobra parlamentaria muy sagaz -pacífica hasta más no poder- se lo impidieron los legisladores del PRD y de la Coalición por el Bien de Todos, en una jornada que se vuelve histórica, ya que nunca antes en el pasado de México había ocurrido que al presidente saliente, por medios políticos y legislativos y con una excelente justificación jurídica, se le bloqueara el camino para siquiera ingresar al recinto parlamentario a rendir su último informe. Todo un fracaso del foxismo, ocurrido ante los ojos toda la nación y del mundo. Todo un ejemplar castigo a Fox y a su alevosa intromisión en la campaña electoral en contra de López Obrador, además del fraude electoral operado por aquél y sus intolerantes derechistas.
En la asamblea popular vespertina del Zócalo en la tarde del mismo viernes 1º, previa al Informe, López Obrador había proclamado con la aprobación de sus miles de seguidores, que no marcharían al Palacio Legislativo con afanes de bloqueo, para no dar pie a la provocación del 'estado de sitio' local que violando la Constitución habían establecido días atrás el Estado Mayor Presidencial y un sector del ejército (a través de la Policía Federal Preventiva, o sea, miles de militares vestidos de uniforme gris, no verde), armados con tanquetas antimotines. Pero no les dijo -y ahí está su talento táctico, entre otras cosas- que el bloqueo lo harían los propios legisladores del PRD, con herramientas netamente parlamentarias. A los panistas los agarró absolutamente desprevenidos.
AMLO había hecho en su discurso vespertino un reconocimiento de respeto profundo al Ejército, pero también un enérgico llamado a éste para que no se dejara llevar a la represión de ningún tipo, como la trágica del 68, y menos para solapar el fraude electoral operado por la derecha y el foxismo. Era evidente para todos que la presidencia había establecido un estado de sitio ilegal en toda la zona urbana del Palacio Legislativo, que legalmente debió ser consultado, según la letra constitucional, al propio Congreso de la Unión, lo cual nunca ocurrió.
Ese fue el asidero legal que adujo Carlos Navarrete, coordinador de los senadores perredistas, en su turno oratorio, quien al denunciar el hecho llamó a su bancada a tomar la tribuna del Congreso, avisó que no se moverían de allí hasta que las fuerzas militares sitiadoras salieran de la zona legislativa y con ello paralizó la sesión. El presidente en turno, el panista Jorge Zermeño que llegó a esa posición mediante el 'gandallazo' camaral del miércoles 29 entre panistas y priístas, no supo y no pudo hacer nada, todo confundido, sino decretar un receso indefinido de la sesión, hasta que le avisaron que Fox estaba a las puertas del recinto legislativo para intentar rendir su informe. Pero el guanajuatense de las botas no pasó del vestíbulo del edificio. Allí mismo tuvo que entregar, con manifiesta contrariedad y ninguna gloria, con el semblante ultra descompuesto y decepcionado, su informe del último año de gobierno, cumplimentando así el artículo 69 constitucional, que sólo exige su presentación por escrito en la fecha de apertura de las sesiones del Congreso general. Pero no pudo escenificar su 'show'. Tuvo que irse a perorar con 'telepronter' un intrascendente informe en cadena nacional por TV y radio, debidamente arropado por el duopolio (TV) y por el oligopolio (radio).
Fue este un hecho histórico. No sólo puso en evidencia la escasez de talento táctico político de los panistas, olvidados ya éstos de su supuesta 'brega por la democracia' del origen, sino que AMLO aventó al basurero de la historia el llamado 'día del presidente' que significaba el informe anual del Ejecutivo en turno, sólo ocasión para la vanidad presidencial y muestra del dominio antes indiviso de la figura del gobernante. Pero también les recetó un castigo ejemplar ante el fraude electoral y ante el señalado 'gandallazo' camaral del miércoles 29.
Los panistas, obviamente enrabietados, rechinaron los dientes y se quejaron con el argumento de siempre, de que López Obrador no se ajusta a la ley, que desprecia a las instituciones, que sólo acata la ley cuando ésta le favorece, de que él y los suyos son 'violentos'. ¿Y qué querían Fox, los panistas y la ultra derecha yunquista, los cuales política y legalmente han agraviado durante años a más de medio México con sus abusos, sus persistentes provocaciones insultantes y sus fraudes electorales? ¿Querían que los obradoristas simplemente agacharan la cabeza ante las trampas y las maniobras, la última de las cuales fue el 'gandallazo' camaral? ¿Que como borregos simplemente fueran al matadero y se dejaran degollar?
Eso se llama, o ingenuidad o impericia políticas, imperdonables en quienes dicen que 'pueden' gobernar a México, país complejo como pocos en el mundo. Por el contrario, los de la izquierda parlamentaria lograron con creces su anunciado propósito de bloquear la presencia de Fox en el recinto del Congreso para su último informe, y les dieron a los derechistas una cátedra de lo que es operar con astucia política, quienes ahora, coléricos, califican a los legisladores del sol azteca -¡imagínese usted cómo consideran a sus homólogos congresistas, con quienes dicen que quieren 'dialogar' y 'concertar' acciones!- como 'turba violenta', eso sí, buena sólo para los 'gandallazos' de los servidores de la plutocracia. Se engañaron solitos. No se han dado cuenta que el 'peje' les saca más de una vuelta en astucia política a todos ellos, como lo ha demostrado durante largos meses. Le impidieron la equidad democrática y ante la respuesta fulminante ahora se sienten insultados.
Ya los obradoristas habían avisado que había hasta 'diez maneras' de bloquear el sexto y último informe de gobierno de Fox. Y no les creyeron. Equivocadamente pensaron que recurrirían a las tácticas de siempre. Lo que nunca supusieron es que el mismísimo coordinador de la bancada senatorial del PRD asumiera la solución: el bloqueo pacífico de la tribuna parlamentaria por los propios legisladores.
Ya se verá en los días siguientes el revuelo ocasionado por este sonado e inconmensurable fracaso foxista, justa despedida a un mal gobernante. Pero de lo que no cabe duda es que López Obrador no está manco ni cojo ni es torpe. Lo malo de todo esto, es que la propia derecha ululante aleja cualquier posibilidad de diálogo y concertación con la izquierda. So capa de defender la 'integridad personal' del presidente, los derechistas establecieron un estado de sitio represivo en la zona legislativa. En el pecado llevaron la penitencia. Sin embargo, éste fue un castigo justo pero insuficiente. El fraude electoral derechista y su arrogancia habrán de tener otras repercusiones.
Fox entiende: EL PUEBLO NO ES TONTO!!!
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