OPINION MEXICO
Los siete alegres 'deterministas' del TRIFE
Por: Julio Pomar
Lo que se veía venir, ya llegó. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife), en una mezcla de sentencia de barandilla de pueblo perdido en la sierra y alegato de abogado huizachero, “determinó” este martes 5 que Felipe Calderón Hinojosa sea el próximo presidente de México (2006-2012), con lo que también “determinó” que la derecha ideológica (PAN, empresarios privilegiados y clericales de derecha, etc.), la plutocracia nativa sirviente del neoliberalismo, el fascismo local y el imperio estén felices de la vida, sin faltar las buenas conciencias clasemedieras de derechas, siempre temerosas de cualquier cosa que huela (apeste, dicen ellas, arrugando la nariz) a pueblo, y “determinadas” a rechazar lo que se asemeje a política popular.
Los siete magistrados de la Sala Superior del Trife “determinaron” que no eran “determinantes” en el resultado de la elección del 2 de julio ninguna, pero absolutamente ninguna, de las impugnaciones, quejas o denuncias planteadas por la Coalición por el Bien de Todos encabezada por López Obrador, como para proceder a la anulación de esa elección -lo cual hubiera sido el único dictamen justo posible y apegado a derecho- y conminaron a quien sea a que los desmienta. Al presidente del Trife, Leonel Castillo, en este momento nomás le faltó sacar la pistola y azotarla sobre la mesa.
Con lo cual fue evidente lo que ya se barruntaba: que todos ellos prefirieron la certidumbre de una buena, jugosa y “determinante” jubilación (seis de ellos se van del cargo en el Trife el último día de octubre) a una histórica pero azarosa y aun aciaga decisión realmente justiciera. Se comprueba así que estos personajes no tienen, por ello, autoridad moral alguna para juzgar si hubo o no hubo fraude en el proceso electoral, pero como tienen la sartén por el mango, “determinaron” lo que ya se dijo, esperando que los mexicanos lleguen a la calma una vez que pasó ya la tormenta (Leonel dixit). No engrandecieron su posición de jueces, sólo confirmaron una inocultable vocación de tinterillos de juzgado ramplón a quienes ni por asomo ha llegado la idea de la democracia, que implica arrostrar riesgos y adversidades.
Ya saldrán los argumentos precisos de los magistrados una vez que sean dados a conocer en la prensa. Al momento de escribir estas líneas sólo tenemos apuntes y memoria de lo que se difundió por televisión y radio, pero ellos consideraron que la ilegal intromisión de Fox como jefe del Ejecutivo en espots y discursos contra López Obrador y a favor de Calderón no fue “determinante” en la orientación del voto de los electores. Tampoco fueron “determinantes” los miles de espots del panismo en la “guerra sucia” tildando a López Obrador de “peligro para México”, divulgados hasta la náusea en los canales del duopolio televisivo y en las estaciones del oligopolío radiofónico (9 familias propietarias de más de 3 mil estaciones de radio), y tampoco las evidencias de cientos de miles de votos sobrantes o faltantes en las casillas respecto del padrón y del número de los sufragantes, y menos aún los espots del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) “denunciando” a López Obrador como aliado de Hugo Chávez en un falso propósito de tomar las armas que el presidente venezolano estaría haciéndole llegar a México, ni lo fue el fraude cibernético, etc.
No obstante, en cada caso de los señalados le dieron su respectivo “garnucho” o golpe de dedo (reprobación), que ni leve sangre les ocasionó, a los indiciados por la Coalición. Pero, eso sí, tras haber golpeado con tan grandes pétalos de rosa a esos indiciados, se alzaron de inmediato, con intrepidez suicida, a “determinar” que nada de eso “determinó” el resultado de la elección. Así, además, los Siete Magníficos Jueces se erigieron en auscultadores profundos de los efectos sociológicos y sicológicos de las diversas fases de la campaña electoral, y llegaron a tener la certidumbre absoluta de que nada, absolutamente nada, de todo ello pudo haber “determinado” el voto de los electores. Predestinados -o “predeterminados”- estaban los millones de éstos para inclinar la votación a favor de Calderón. Sin conocer el terminajo filosófico, los votantes actuaron tautológicamente, pues ya tenían apostados -“determinados”- sus votos a favor de Calderón, sin importar que los de López Obrador los superasen. Podrían escribir un libro que se titulase: La Tautología Electoral Mexicana, por los Siete Magníficos Magistrados.
Naturalmente, el propio martes 5 en la tarde en el Zócalo, López Obrador rechazó el dictamen “determinista” del Trife y dijo que no lo reconocería, lo mismo que al espurio ungido, que sería tanto como aceptar la mentira como verdad de la democracia. Así fue. Pero para los de López Obrador la lucha sigue. Se cerró una etapa, pero sigue otra. Y la aguda crisis poselectoral no la pudo conjurar, ni siquiera aliviar, la “determinación determinista” del Trife y sus siete alegres colegiados.
Magistrados del TRIFE entiendan: EL PUEBLO NO ES TONTO!!!
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