El presidente del empleo se va quedando sin empleo
El PAN lo deja solo
Felipe Calderón. (Cuartoscuro)
Obsesionado por afincarse ante los mexicanos como "presidente electo", el panista Felipe Calderón actúa de manera contradictoria: suspende sus anunciadas giras por el país, llama a sus seguidores a organizarse cívicamente en barrios, comunidades, rancherías y ciudades, convoca a repartir moñitos blancos y se reúne con "actores sociales". Pero lo peor es que, cada vez, es más ríspida su relación con el dirigente nacional del PAN, Manuel Espino, y los allegados al candidato presidencial sostienen que el partido lo está dejando solo...Desmantelada su casa de campaña, desamparado por el aparato del Partido Acción Nacional (PAN) --cuyo dirigente Manuel Espino veranea en Europa y los diputados federales en Cancún-- y con anuncios de estrategias que no aterrizan, Felipe Calderón se aferra a la defensa de sus votos bajo la custodia del Estado Mayor Presidencial (EMP) y el respaldo de líderes sindicales de la talla del priísta Víctor Flores.En el PAN, y fuera de él, todos lo saben: Calderón y el "jefe nacional" Espino se detestan, pero este encono ya alcanzó niveles de alarma e ira --todavía soterradas-- en el equipo del candidato presidencial, sobre todo, en momentos cuando está en litigio la Presidencia de la República y la nulidad de la elección está latente en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
"El PAN está dejando solo a Felipe", juzgan los allegados a Calderón, quienes hasta ahora sólo en voz baja rumian su malestar con Espino y con toda la estructura del PAN por no contrarrestar los desafíos de Andrés Manuel López Obrador, el único que fue capaz de cohesionar en la campaña al fracturado panismo.
Las figuras prominentes del PAN, como Luis H. Alvarez, Diego Fernández de Cevallos, Santiago Creel, Francisco Barrio y Alberto Cárdenas, entre otros que no están en retiro, también guardan silencio, ya sea porque disfrutan sus vacaciones veraniegas, porque tampoco comulgan con Calderón o hacen cálculos para un gobierno interino, según murmuran los calderonistas.
Sólo el autojubilado de la política, el frustrado estratega del PAN en las elecciones de 2003 y luego derrotado candidato presidencial y a la dirigencia de su partido, Carlos Medina Plascencia, ha levantado la voz para solicitar a su partido un papel más decisivo y protagónico para respaldar a Calderón."El PAN debe tomar la iniciativa y tendría que hacer tres ejercicios de comparación, que no veo que haga", pontificó, a través del diario Reforma, el ex alcalde de León propuesto por Carlos Salinas para ser gobernador interino de Guanajuato, en la elección de 1991, en la que participó Vicente Fox:"Primero, salir a decir que el 2 de julio no fue un proceso donde haya habido alteración del orden, que no vimos denuncias ni observaciones como se daban antes; segundo, que en nueve entidades también hubo elecciones concurrentes y no hubo reportes de anomalías, y tercero, que se eligieron diputados, senadores, presidentes municipales, tres gobernadores y un jefe de gobierno y, sin embargo, sólo se desconoce a la elección presidencial."
Mientras tanto, Calderón rehuye sistemáticamente el reto de recontar voto por voto, se dice víctima de la violencia que permanentemente invoca, suspende sus anunciadas giras por el país, llama a sus seguidores a "organizarse cívicamente" en barrios, comunidades, rancherías y ciudades, convoca a repartir moñitos blancos y se reúne en lugares cerrados --como en su campaña-- con "actores sociales" que le aproxima Josefina Vázquez Mota.
Y además de instrumentar un montaje de la supuesta reunión con la dirigencia del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) --que resultó ser con un solo jubilado que ostentó un cargo apócrifo y sin ninguna representación--, se abraza con líderes sindicales del nuevo y antiguo oficialismo, como Víctor Flores y Elías Morales.También, se mantiene bajo el cobijo de la reforzada tropa del EMP y el grueso de los medios de comunicación, a los que ha exigido trato de "presidente electo" que legalmente no tiene --como se lo recordó el cardenal Norberto Rivera-- o al menos de "virtual ganador".
Habitualmente irritable, Calderón inclusive se atrevió a corregir al aire a la conductora Ana Winocur, de Televisión Azteca, que le llamó candidato al inicio de la entrevista el viernes 14: "Déjame decirte y recordarle al auditorio que yo dejé de ser candidato el día que fue la elección. Ahora soy el ganador de la elección del 2 de julio y espero que el Tribunal ratifique esta decisión no mía, sino de los ciudadanos, declarándome presidente electo."
La paz y la iracundia.
El pleito entre Calderón y Espino, y sus respectivos grupos, es añejo, aunque se agudizó en el proceso interno para elegir al nuevo presidente del PAN, el año pasado: Fue aplastado el candidato del primero, Carlos Medina, que anunció su pase a retiro.Uno de los principales adversarios de Espino, Germán Martínez, inclusive, advirtió de una "peligrosa derechización" del PAN al decidir su retiro de la contienda una vez que, paradójicamente, Calderón le negara su firma para la inscripción.
Pero no cejó en enfrentarse a Espino, una vez electo, quien respondió con "el garrote", como definieron los calderonistas. "No estoy dispuesto a dejarme atemorizar por los reglamentos o por los garrotes que está exhibiendo, en sus primeras actitudes, la nueva dirigencia del PAN", declaró Martínez, el 14 de marzo del año pasado
.--¿Cuáles son esos garrotes?--Las amenazas.
--¿Se está ubicando Manuel Espino en la ultraderecha?--Yo insisto en que si por ultraderecha o por derecha entendemos todas esas acciones de intolerancia, de no aprecio al menos favorecido, yo creo que sí.
--¿Ha sido intolerante con usted Espino?--Yo creo que hay actitudes..., las primeras actitudes han sido de revanchismo; las primeras actitudes han sido de intolerancia y eso no habla bien de una dirigencia nacional.
Aunque se produjo la calma y en la contienda interna Calderón se impuso, aunque siempre subrayó que no era el candidato de Fox, pero durante la campaña fue elocuente otra vez el distanciamiento --a menudo bajo camuflaje de amistad-- y aun la paternidad de la guerra sucia contra López Obrador."Nos pasamos de la raya. El PAN no es partido de golpeteo.
La percepción es que estamos metidos en una guerra sucia", confesó Espino al columnista Francisco Garfias, en víspera de las elecciones, y culpó de la estrategia a Calderón, quien siempre sostuvo que el "diseño" era de la dirigencia de su partido.
Todavía hoy Calderón sigue asumiéndose como víctima de su propio partido, en una estrategia que le funcionó desde que salió del gobierno de Fox, en mayo de 2004, luego cuando ganó la candidatura, en campaña y ahora que se proclama ganador."Tuve que ser candidato y presidente sin el apoyo del candidato ni del presidente de la República", se quejó, por enésima ocasión, en entrevista con el diario español El País, el jueves 13 de julio, un día antes de que Espino se fuera de vacaciones a España, donde se entrevistó con José María Aznar y Mariano Rajoy, jerarcas del Partido Popular, pero también para acreditar su fe peregrinando al santuario de Santiago Compostela.
Aunque Calderón omitió el documentado apoyo desde la Presidencia de la República, esa entrevista detonó el más reciente episodio de desavenencias entre Espino y Calderón, en el que se invirtieron los papeles: El primero llama al respeto y el segundo alienta la dureza del discurso.Luego de haber leído la entrevista, Espino convocó a conferencia de prensa para ufanarse de que el PAN conquistó, por primera vez en su historia, la primera fuerza de las dos cámaras del Congreso mediante una estrategia que, aseguró, fue ajena a la presidencial:"Quizá fue la estrategia que arrancamos aún antes de la campaña presidencial, ocho meses atrás comenzamos con esta tarea...
Nos parece importante destacar eso, que es un mérito del partido, bien trabajado por las estructuras."Inclusive, a pregunta expresa, Espino negó que el candidato presidencial haya jalado votos a los candidatos a legisladores, un proceso al que fue ajeno Calderón, y cuyos coordinadores serán nombrados también por él: "Aquí, no es posible que se afirme que alguien en particular tuvo un mérito por encima del que hayan tenido otros.
"En la entrevista con el corresponsal de El País, Francesc Relea --a quien fuera de grabadora le reprochó la cobertura y mostró su enojo por las menciones a López Obrador--, Calderón dijo estar preparado "para una presidencia que estará sujeta a la movilización permanente", pero Espino lo contradijo otra vez.
Ese no es el escenario del PAN, aclaró, porque se deberá intensificar el diálogo con la izquierda: "Hay voluntad de ambas partes para ese acuerdo a favor del país, y no es que el partido se tenga que preparar para un movimiento prolongado que pudiera encabezar Andrés Manuel o su partido."Inclusive, aprovechó la conferencia de prensa para desautorizar las críticas a las protestas de López Obrador de parte de allegados a Calderón, particularmente el portavoz César Nava y de Germán Martínez, representante del PAN ante el Instituto Federal Electoral (IFE), y dio a conocer que ordenó a todos los voceros de su partido a no responder, "por ningún motivo", a los señalamientos del perredismo ni calificarlos "de manera negativa".
"Tenemos que ser totalmente respetuosos de su derecho a discrepar, a disentir de nosotros y a defender lo que ellos consideren que es defendible para su causa, porque ciertamente, en los últimos días, ha habido expresiones de este lado que no ayudan de manera suficiente a este diálogo respetuoso que estamos tratando de establecer con todos ellos", expresó Espino.
La instrucción, precisó, es para todos los que son voceros: desde los presidentes estatales, presidentes de comités municipales, legisladores actuales, la gente que está ahorita en el equipo que será eventualmente de transición, a los secretarios del Comité Ejecutivo Nacional."Argumentó: "Un partido que asumirá la responsabilidad de gobierno está obligado a tender puentes, a dialogar con respeto con todos los interlocutores políticos y no aniquilar la política, no esterilizarla debatiendo o calificando de manera negativa a sus interlocutores.
Voy a promover esto para que tengamos esa actitud de respeto y tolerancia, y creo que lo vamos a lograr".Y es que un día antes, Martínez y Nava culparon a López Obrador de la violencia que, según ellos, se comenzó a generar en las oficinas distritales del IFE: "Responsabilizamos al señor Andrés Manuel López Obrador de cualquier violencia que se genere en las 300 oficinas distritales (...). El, y nadie más, es el responsable de cualquier presión, de cualquier violencia y de cualquier daño que sufran las personas que acudan a las oficinas distritales".
Nava lo secundó: "Nosotros lo responsabilizamos de cualquier violencia que se produzca en el país por este reclamo en el que él coloca a su partido y su propia ambición por encima del resultado que las autoridades electorales han emitido. Está colocando a su movimiento de manera indebida, y ya con indicios de violencia, por encima del interés de la nación."
Calderón también endureció su discurso: En la única conferencia de prensa que ha encabezado después de las elecciones, anunció la reactivación de sus huestes para "organizarse cívicamente en sus barrios, en sus ranchos, en sus colonias, ciudades y pueblos", y anunció un recorrido por el país para "agradecer" el voto de los ciudadanos.
En esa conferencia, en la que anunció el inicio de los trabajos del equipo de transición, tuvo otro de sus desplantes al minimizar la precipitación de las felicitaciones de mandatarios extranjeros y, con evidente mal humor, escuchó con impaciencia la pregunta de la reportera de La Jornada, Claudia Herrera, quien le hizo ver que George Bush y José Luis Rodríguez Zapatero rectificaron."Gracias. ¿Alguna otra pregunta por favor?", evadió Calderón, quien se niega a entrevistas que no sean obsequiosas y suele personalmente o mediante su portavoz personal, Maximiliano Cortázar, solicitar castigo a los reporteros que le sean incómodos.
Edith Gómez, de W Radio, y Francisco Gómez, fotógrafo de la agencia NOTIMEX, son sólo dos ejemplos.
Un pálido apoyo.
La marcha el domingo 16 encendió más los ánimos de Calderón y sus incondicionales, sobre todo porque interpretaron como una amenaza familiar de López Obrador la frase sobre las implicaciones de la negativa sistemática a un recuento voto por voto:"Si él sostiene que ganó, no tiene por qué negarse. El que nada debe, nada teme. Le recomiendo por él, por sus familiares, por su gente más cercana, piense muy bien que la mancha de una elección fraudulenta, no se borra ni con todas las aguas de los océanos."
Calderón, quien metió reversa en sus anunciados recorridos por el país y lanzó una campaña de moñitos blancos, insistió en su triunfo. "Es por mis hijos y por los de todos ustedes que no aceptaré chantajes ni amenazas", dijo en una breve declaración en las oficinas en las que inició su campaña, y a las que regresó una vez desmantelado el edificio que acogió a su numeroso equipo.
Pero al día siguiente, el martes 18, luego de que ocho personas rebasaron a 12 elementos del EMP para exigirle el recuento de votos y uno de ellos golpeó la camioneta brindada en que viajaba, Martínez y Nava desobedecieron otra vez la instrucción de su jefe nacional y se volcaron contra López Obrador."Rechazamos el chantaje, rechazamos la violencia, rechazamos el rencor y la promoción del odio que están promoviendo la Coalición por el Bien de Todos, que encabeza el PRD, y su candidato a la Presidencia", proclamó Martínez a nombre del PAN.
Creemos que ese México de división, de encono, de odio, debe dejarse atrás."Esta vez, el secretario general del PAN, José Espina, en funciones de presidente por la ausencia de Espino, se sumó a la condena y consideró que no era un desacato a la instrucción del jefe nacional, quien el jueves 13 --en una entrevista telefónica-- volvió a llamar a la calma mientras el TEPJF desahoga el litigio de la elección.
Un tenue apoyo a Calderón se manifestó de parte de la dirigencia, también el jueves, cuando el secretario de Elecciones, Arturo García, informó que varias encuestas repudian el conteo voto a voto solicitado por López Obrador y que sigue la defensa ante el TEPJF. Inclusive, se sumó a la campaña de los moñitos blancos y adelantó que se gesta una estrategia más amplia.--¿No hace falta en esta coyuntura tan crítica la presencia de Manuel Espino en México?--Sin comentarios.
Pero al cabo de reuniones con panistas electos y sindicatos oficialistas --con abrazos públicos de personajes de negra reputación como Víctor Flores y Elías Morales--, así como con jerarcas de las iglesias y un grupo de expertos en combate a la pobreza, Calderón decidió imitar a Espino y a los diputados federales priístas.Aprovechando que López Obrador no convocó a movilización este fin de semana, canceló actividades y se marchó, con su familia, a un paraíso secreto.
Comento:
Cuál es el partido dividido ahora?
Lo que pasa es que ya ni los de su propio partido creen sus mentiras fecales, asi que lo abandonan, se lo merece!!
Panistas entiendan: EL PUEBLO NO ES TONTO!!!
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